Parece que este año, si nada lo evita, tendremos varias empresas tecnológicas con valoraciones estratosféricas. A las ya alojadas en este rango como Apple y Microsoft, se le están acercando Amazon y Alphabet. Pero, lo más importante es reseñar que el mayor volumen de capitalización reside en las compañías tecnológicas.
No creo que ya nadie pueda dudar del vuelco que se ha producido en la sociedad y el camino, sin pausa, hacia la digitalización total de nuestra forma de vida. Todo, absolutamente todo, está ya imbuido de esta nueva forma de relación.
Básicamente, lo que ha sucedido es que la forma de comunicación, que es la base del comercio, se ha trasladado a formas y formatos digitales en todo su recorrido o en las partes más importantes como es la relación con el consumidor final, ya sea un individuo, una empresa o una institución.
Si nos remontamos a los albores del comercio mundial de los que han quedado reflejo hasta hoy día, vemos que siempre la dominación ha venido por el control de la comunicación.
Desde los romanos, unificando el idioma para el comercio y mejorando el transporte de mercancías, pasando por los venecianos y su comercio con los sultanatos y China y después españoles, portugueses, holandeses e ingleses con el dominio de los mares y el perfeccionamiento de las comunicaciones, tenemos la certeza absoluta de que la comunicación es la base del comercio y el comercio es la base de la economía que conocemos.
Por eso, no es de extrañar que, en la sociedad actual, todo gire en círculos concéntricos sobre la comunicación como base del comercio, ya sea el individuo con su teléfono inteligente o la empresa con su sistema de gestión basado en la nube, todo se desenvuelve en base a la comunicación. Sí comunicación, pero como atributo del ser humano para desarrollarse con la interacción entre individuos y grupos.
Este es el campo de batalla actual, dominar las formas y los medios de comunicación entre los individuos y así están las cosas, lo que más vale no es el inventor de una herramienta con piñones, ni el condensador de fluzo, lo que más vale es el dominio de la interacción humana.
Solo nos queda la frontera de la inteligencia artificial y la robotización de la sociedad como nuevo paradigma del dominio de la comunicación y sus implicaciones.
No creo que nos podamos escudar en que para entonces ya seremos viejos, ya que viviremos más y la velocidad de actualización e implantación de nuevas tecnologías siempre nos adelanta por los dos lados, el permitido y el incorrecto.
Por el momento, vamos a intentar digerir la parte que nos toca o hacernos ascetas a tiempo completo, ya que hasta el yoga y la meditación están totalmente insertados en esta comunicación digital que controla al individuo.
Os emplazo a todos en el futuro o en el bar de la esquina, donde un robot nos servirá una imagen virtual de una cerveza y unos panchitos que pagaremos con una bonita suscripción de a tanto al mes.
Salud.